ROMANESCO:
El romanesco es una verdura que pertenece al género Brassica y es característica de los meses de invierno. Es una de las muchas variedades de coliflor y destaca por su color verde característico y la forma tan peculiar de sus brotes. En España, el romanesco se empezó a conocer a partir de los años 80 y hoy en día su consumo todavía es muy escaso aunque se va introduciendo cada vez más en distintas recetas. Este ejemplar es una variedad típica de invierno y por tanto la mejor época para apreciar todas sus cualidades se sitúa justo ahora, entre los meses de noviembre y enero.
Esta sabrosa verdura es un elemento decorativo, pues su estructura simétrica recuerda a minerales preciosos
De atractiva presencia
El aspecto de esta verdura es muy característico ya que las inflorescencias se agrupan formando estructuras cónicas. Su atractiva forma y su color característico no son fruto de la ingeniería genética, aunque así lo pueda parecer. El romanesco está formado por un conjunto de ramilletes que tienen una estructura piramidal con forma de pequeña torre. Por su belleza, el romanesco recuerda a las estructuras simétricas de algunos minerales o a las delicadas formas en espiral de las caracolas, razón por la que se emplea también como elemento decorativo.
Excelentes cualidades nutritivas
La variedad romanesco presenta cualidades nutricionales excelentes. Su aporte calórico es escaso aunque se ha de tener en cuenta la forma en la que se cocina. Se considera una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales y en concreto su contenido en vitamina C es mayor que el de otras variedades de la coliflor. También destaca su contenido en provitamina A y en ácido fólico. En cuanto a minerales, el romanesco es un alimento rico en potasio y fósforo.
Fuente de fibra y minerales, y la que mayor vitamina C presenta de entre las coles
Al igual que otras verduras del mismo género, el consumo de romanesco se aconseja por su alto contenido en elementos fitoquímicos que contribuyen prevenir algunas enfermedades degenerativas y a estimular el sistema inmune por su función antioxidante.
El efecto del azufre
El romanesco tiene en su composición muchos compuestos azufrados que son responsables del fuerte aroma que desprende esta verdura al cocerla. Estos compuestos junto con la fibra son las sustancias responsables de la flatulencia y de la difícil digestión que sufren algunas personas al comer alimentos de esta familia.
Se digiere mejor y es menos flatulento que otras variedades
No obstante, el romanesco se digiere mejor y es menos flatulento que el resto de coles. Incluso resulta más digestivo si se cuece con comino o hinojo y si se toma una infusión de manzanilla con anís, de regaliz o de hierbabuena como postre.
El romanesco en la cocina
Antes de cocinar el romanesco se separan los ramos y las inflorescencias y se lavan. En crudo se pueden comer en forma de ensalada siempre que esté muy tierno, y se sirve acompañado de frutos secos, un poco de mayonesa o huevos duros. Sin embargo, lo más habitual es cocinarlo.
El romanesco permite gran variedad de técnicas culinarias: al vapor, asado, frito, estofado, hervido o gratinado. Puede servirse como acompañamiento de otros platos, como por ejemplo legumbres, arroz o menestra de verduras.
Es un buen acompañante de algunos pescados o incluso puede servir como condimento a una tortilla.
Algunas recetas en las que podemos utilizarlo, escogiendo el romanesco como especide de coliflor son:
-.Fritos de coliflor con bechamel.
-.Coliflor con fritada de ajos y almendras.
-.Ensalada de col y manzana.